¿Por qué defendemos la abolición de la prostitución?
CAP Internacional y sus miembros defienden y apoyan a todas las personas prostituidas (mujeres, hombres y menores), en contraposición al sistema de prostitución que se aprovecha de su precariedad y vulnerabilidad.
La prostitución es una forma de violencia
La mayor parte de las personas prostituidas han sufrido violencia, a menudo sexual, antes de entrar en la prostitución. La mayoría de ellas también han sido víctimas de muchas formas de violencia mientras ejercían la prostitución (física, verbal, sexual, psicológica).
Los actos sexuales practicados sin que exista un deseo físico, sino como consecuencia de la precaridad económica, la desigualdad o la coacción a personas vulnerables, constiruye una violencia sexual en sí misma.
La prostitución como una instrumentalización de las desigualdades
La prostitución foma parte de la larga tradición patriarcal de poner los cuerpos de las mujeres a disposición del disfrute masculino (derecho de pernada, violación, acoso sexual, ¨deber conyugal¨, etc). Esta práctica se nutre de todo tipo de desigualdades: de los hombres sobre las mujeres, de los ricos sobre las pobres, del Norte sobre el Sur, de los grupos mayoritarios hacia las minorías. Las mujeres migrantes y/o que forman parte de minorías están sobrerepresentadas en la prostitución a escala global.
La prostitución atenta contra la dignidad humana
Al considerar el sexo y el cuerpo humano como bienes de consumo, el sistema prostitucional refuerza la cosificacióin de todas las mujeres y sus cuerpos. Es una violación directa de la integridad física y moral de las personas prostituidas. La prostitución enfatiza aún más la dominación del hombre sobre la mujer y, en particular, la actitud patriarcal de derecho masculino sobre el cuerpo de la mujer, presente en otras formas de violencia contra la mujer como la violación, el acoso sexual y la violencia dentro de la pareja. El sistema de prostitución alimenta y perpetúa la trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Asimismo, constituye un obstáculo social para el desarrollo de una sexualidad libre, respetuosa e igualitaria.
La prostitución es una violación de la dignindad humana
La prostitución enfatiza aún más la dominación del hombre sobre la mujer y, en particular, la actitud patriarcal de derecho masculino sobre el cuerpo de la mujer, presente en otras formas de violencia contra la mujer como la violación, el acoso sexual y la violencia dentro de la pareja. El sistema de prostitución alimenta y perpetúa la trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Asimismo, constituye un obstáculo social para el desarrollo de una sexualidad libre, respetuosa e igualitaria.
La prostitución es una violación de los Derechos Humanos
El derecho internacional reconoce que la prostitución es una violación de los derechos humanos y prohíbe expresamente el lucro de terceros a través de la prostitución ajena, lo que incluye el proxenetismo, el proxenetismo y la explotación de prostíbulos. Los Estados y los organismos de las Naciones Unidas tienen la obligación directa y vinculante de oponerse a cualquier banalización de la prostitución, así como trabajar por su erradicación.
¿Por qué es relevante organizar el congreso en América del Norte?
Celebrar el IV Congreso Mundial para la Abolición de la Prostitución en Montreal cobra todo su sentido si se tiene en cuenta que, en las Américas, la concepción errónea de que la prostitución siempre ha existido y siempre existirá es posiblemente aún más refutable que en otros lugares. De hecho, desde Chile hasta Colombia, desde las islas hawaianas hasta el norte de Canadá, las mujeres indígenas aseguran que la prostitución es un fenómeno ajeno a su cultura y tradiciones. Antes de la llegada de los colonizadores, ni siquiera existía una palabra para designar la prostitución en las lenguas aborígenes.
Fue por ese motivo que la CLES, Breaking Free, EVA Center y Vancouver Rape Relief decidieron unir fueras junto a CAP internacional para organizar este congreso sin precedentes.
Porque la prostitución forma parte de la conquista y la esclavitud
El origen de la prostitución es la colonización, la conquista del continente americano y la esclavitud. En el Caribe, en el siglo 15, en la isla donde actualmente se ubican Haiti y la República Dominicana, vivió Anacaoina, defensora del pueblo Taino. Después de liderar revueltas populares contra los colonos invasores, fue capturada y ahorcada por negarse a convertirse en una esclava sexual para los conquistadores españoles. Siglos más tarde, incluso después de la abolición de la esclavitud en América, redes de proxenetas traficaban a jóvenes afroamericanas desde el sur hacia el norte, donde serían explotadas sexualmente. Para combatir esta triste realidad, la periodista y trabajadora social Victoria Earle Matthews fundó el primer refugio y centro de ayuda para victimas de explotación sexual en el año 1897 en Nueva York.
Acabar con la prostitución de mujeres y niñas significa luchar por la igualdad
En Montreal, la CLES toma como inspiración las luchas históricas llevadas a cabo por todas aquellas que, antes de nosotras, se atrevieron a luchar para poner fin a la explotación sexual de mujeres y niñas. En tanto que feministas, tenemos el deber de honrar la memoria de las mujeres como Anacaona, quien fue asesinada hace siglos, por negarse a llevar a cabo actos sexuales. Es necesario tener presente que incluso en la actualidad, hay mujeres que sufren la misma suerte. Mujeres como Cindy Gladue, de la nación Cree en Edmonton, o Marylène Lévesque en la ciudad de Québec, fueron asesinados por compradores de sexo.
Desde el año 2006 Quebec cuenta con una política de igualdad entre hombres y mujeres: Pour que l'égalité de droit devienne une égalité de fait (que significa "Para que la igualdad legal se convierta en igualdad de facto"). Esta ley reconoce que la prostitución es una forma de violencia hacia las mujeres y sinónimo de explotación sexual. En 2024 se celebra el décimo aniversario de la aprobación de la ley canadiense que criminaliza la compra de actos sexuales, y descriminaliza a quienes los venden. El consenso alrededor de esta ley muestra que, en la lucha por la igualdad, Canadá avanza por el camino correcto.
El IV Congreso para la Abolición de la Prostitución será una oportunidad para mostrar todas las victorias conseguidas por nuestros aliados en lucha contra la prostitución, así como lo que nuestras sociedades deben poner en práctica para garantizar el derecho de todas las mujeres a no ser prostituidas.